Transsiberian, la nueva pelicula de Brad Anderson, significa el gigantesco paso de calidad dado por este director norteamericano que hasta ahora se había caracterizado por haber dirigido obras de menor calado como El maquinista o Session 9.
La pelicula, rodada durante diez semanas entre Lituania y Rusia, y producida por Filmax, ha llegado a la cartelera española avalada tras su paso por festivales como Berlin, Cannes o Sitges donde ha dejado muy buena impresión.
El argumento narra la historia de un matrimonio en horas bajas, el de Roy (Woody Harrelson) y Jessie, que tras una temporada en Pekín deciden viajar hasta Moscú en el mítico Transiberiano, el ferrocarril que une el país asiatico con la Rusia oriental, pasando por Mongolia, en un largo viaje de seis dias. Pese a que la gente que se desplaza en el tren es bastante extraña, el matrimonio pronto se hace amigo de sus compañeros de compartimento, Ian (Eduardo Noriega) y Abby. Una pareja joven que se dedica al trafico de drogas en las tipicas muñecas rusas (matriuskas). Los caminos de ambos se cruzaran en un turbio asunto de narcotráfico y asesinato, que el inspector Grinko (Ben Kingsley) investiga.
Un thriller con una buena dosis de intriga que huye de los convencionalismos del cine americano de los últimos tiempos, y que deja al espectador con la incognita hasta el final. Una fabulosa película que viene a salvar un poco el año en cuanto a la calidad de las producciones extranjeras que se han podido ver en los cines de toda España en este último año, y que vuelve a poner en primera linea, un genero que hace tiempo se habia vuelto engullido por los índices comerciales de los actores de moda.
Por David Ramiro
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